jueves, 27 de noviembre de 2008

SIERRA ESPUÑA-Sábado 29 de Noviembre

Ya está!!!!, pocos,..., pero buen@s.
La Kika, er cuñao Javi y la Lola. Er Jose-Ra puede q vaya con los churumbeles a comer.
Hemos quedado en mi casa a las 9 de la mañana, llevaremos bocata, conversación y risas.
La ruta con l@s alicantin@s resala@s la dejamos para otro día, cuando estén prepara@s para una jornada de auténtic@s pisapraos domingueros ;)

3 comentarios:

clara dijo...

joooooooo ,yo me quiero ir ,a ver si pal puente me lleváis ,por cierto no cansaros mucho ,que podamos hacer una rutica nocturna...

Javi dijo...

Hey, que pasa?, interneteros, he tardao en mandar el comentario, pero aquí está. Os hago un pequeño resumen de lo que fue la excursión del sábado a Sierra Espuña para quien le pueda interesar, aunque en el día que estamos no me acuerdo de mucho, la verdad. Ahí va:
Empezamos el día temprano, a eso de las 9 en la casa de la Lola (como siempre), que se llevó su coche (ya me pasarás mi parte de la factura del gas-oil). Partimos a Sierra Espuña Lola, Kika, Joaquín y yo (Javi) y por el camino hablamos lo típico: de nuestras cotizaciones en bolsa, de nuestros partos, etc. Llegamos al punto de partida (cerca del área de interpretación Ricardo Codorniú) sobre las 10 y media. Empezamos la ruta con frío, pero cuando llevabamos 200 metros nos sobraba la ropa, aunque no hubo strip-tease. El camino era todo el tiempo en subida y las piedras estaban resbaladizas por la lluvia, así que ascendiamos lentamente, al llegar al final de la ascensión del primer tramo, nos encontramos en la cresta de una pequeña colina, con vistas chulas pero con un viento que no invitaba a quedarse allí mucho tiempo, por lo que buscamos amparo y tomamos algo de desayuno (la Lola no desayuno, que conste en acta). Seguimos ascendiendo tras el desayuno hasta alcanzar un sendero estrecho y llano que discurría entre pinos dando vueltas a las colinas y pasando sobre las numerosas ramblas que bajaban de los picos. En esto que las dos chicas nos dieron una lección de conocimientos montañeros de gran utilidad (no penseís mal, nos hablaron de los diques y las ramblas, que siempre pensais en lo mismo). A mitad del recorrido pudimos asistir a un bonito espectáculo: una manada de muflones que pastaba tranquilamente entre los pinos y que no parecían asustarse de nuestra presencia (no nos conocen). Tras este encuentro seguimos por nuestro sendero que iba serpenteando entre las montañas, disfrutando de la vista de la nieve en los picos más altos de Sierra Espuña, que en una región tan calurosa como está se agradece bastante. Al final del recorrido llegamos a una carretera asfaltada, que nos llevo de regreso al punto de partida. Durante el regreso volvimos a ver otra manada de muflones pastando y a multitud de gente que subía por la carretera hasta el collado bermejo para ver la nieve (es que no tendrán neveras en sus casas). El viaje de vuelta no fue tan agradable como el de ida, ya que al ir sobre asfalto se nos cargaban más los gemelos y las vistas (excepto las dos chicas que iban con nosotros) no eran tan bonitas. Al acabar el recorrido y llegar al coche un pequeño susto, ya que vimos una nota en el parabrisas y Lola pensó que era una multa, sin embargo era José Ramón que nos esperaba en La Perdiz para comer con él y con su hijo. La comida fue ligera: un plato de embutido y otro de jamón y queso, que hay que mantener estos cuerpos danone. Y de la vuelta de Sierra Espuña me acuerdo de poco, porque al poco de subir al coche me entró una moña con el aire caliente, que me quedé frito como un bendito. Y hasta aquí la excursión, ya estamos esperando la próxima...

Lolazeta dijo...

Qué callao te lo tenías cuñaaao!, con esa prosa que tienes, yo te nombro Cronista Oficial del Blog.

Ya te pasaré la factura, q mis acciones están bajando mucho y si encima os voy invitando a unas tapicas de choto murciano...., esto ya no.

Muchas gracias!